Entre pequeñas montañas se refugian en descanso
soberbias aguas, retenidas por el humano, convertidas en pantano, creando vida,
aun no teniendo mano; reciben
amablemente aunque desconfiadas, a todo ser vivo que por al lado de ellas pasa.
Mama raposa enseña a sus cachorros, para que se utiliza el agua; desde la
sorprendida mirada que se oculta en la ladera de la montaña, del que hoy es
aita y mañana aitite, del que mañana lo va a contar, aquel que enseñara el respeto, con relatos ciertos,
aquel que nos enseñara a amar con relatos inéditos, cargados de sensibilidad,
no racional, pues es animal, el que nos enseñara a olvidar a odiar, a esos
seres vivos que lo único que pretenden es vivir en un mundo que saben que no es
de ellos, en el que sin saber porque, sienten que estorban, que sobran,
con el único sentido de seguir vivos; acosados, maltratados, asesinados.
la raposa empieza a asearse, ante la curiosa mirada de
sus cachorros, formando poco a poco un ovillo de pelo, que sujeta entre sus
dientes, introduciéndose de espaldas al agua, con andar pausado le va cubriendo
la misma hasta llegar al cuello, es el momento en el que libera la presión de
sus mandíbulas, para soltar cuidadosamente sobre el agua, aquello que como
tesoro portaba; sale de las frías aguas, con andar más ligero, sus cachorros ya
saben que el agua sirve para algo más que calmar su sed, que tiene diferente
utilidad, ¿y tú? ¿Ya has adivinado para que hace eso la raposa?, ¿es irracional…..?
o algo más.
Esperando desde un principio, sepan el porqué; de una naturaleza esclava de intereses
racionales, que se disculpa con falsas identidades, para obtener algo más allá
del bienestar, sin importar que su pisar, devasta, esclaviza, humilla, lo más
importante de esta vida, y nuestra razón de ser………, nuestra naturaleza.

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